Disfruta de Casablanca
Casablanca es una de esas ciudades que sorprenden nada más visitarlas. Que enamoran a primera vista. Considerada como uno de los destinos más representativos de la historia del cine, estás a punto de sumergirte en una ciudad que consiguió enamorar al mismísimo Hollywood.
El espíritu cosmopolita de Marruecos se encuentra en esta gran urbe. Sus ajetreadas calles vestidas de grandes edificios modernos contrastan con los laberínticos pasadizos que se esconden en su medina. Lo cierto es que pasear por Casablanca es ser testigo de cómo un destino puede adaptarse a la actualidad sin perder su verdadera esencia. Con un índice de población actual de aproximadamente cuatro millones de personas, esta ciudad encuentra sus orígenes en pequeños yacimientos paleolíticos muy cercanos a la costa. Casablanca fue tierra de fenicios, romanos y un punto estratégico muy codiciado por los marineros portugueses.
Ubicada en la región Gran Casablanca, esta ciudad se considera el corazón comercial de Marruecos. Y no es para menos. Es una de las urbes más internacionales de Marruecos donde los visitantes y los negocios van y vienen a la misma velocidad que lo hacen las hermosas olas del Océano Atlántico. Porque sí, Casablanca tiene playas. ¡Y muchas! Como la impresionante Mriziga, una playa rocosa ubicada junto a una mezquita. O Ain Diab, un extenso arenal perfecto para practicar snorkel.
Si eres de los que prefiere perderse por callejuelas serpenteantes hasta la caída del sol, la medina antigua es tu opción ideal. Aromas especiados, animadas conversaciones, regateos, plazas encantadoras como Sidi-Bou-Smara y joyas arquitectónicas para enmarcar. Uno de los imprescindibles de Casablanca es, sin duda alguna, la Gran Mezquita de Hassan II. Si durante el paseo te apetece probar la deliciosa gastronomía marroquí o llevarte un bonito suvenir, el gran zoco del barrio Derb Ghalef es la elección perfecta.
Un buen plan para el atardecer es descubrir Corniche. Un tranquilo recorrido envuelto de palmeras y muy próximo al océano en el que, además, podrás encontrar varios restaurantes y bares para disfrutar de una agradable cena marítima. En Casablanca hay numerosas opciones para conocer su vida nocturna. Si quieres acertar de lleno te recomendamos los barrios de Maarif y Gironde. En general, la ciudad es un destino seguro que acoge a sus turistas. Fruto de su carácter multicultural, los viajeros no suelen tener ningún tipo de contratiempo.
Bienvenido a una tierra que te enamorará por completo. Bienvenido a la ciudad que fue, una vez, el gran amor de Humphrey Bogart. Bienvenido a la eterna Casablanca.
Casablanca es un destino que une modernidad con tradición. Pasado, presente y futuro. Las ajetreadas calles de sus barrios de negocios contrastan con la historia que se desprende de sus zonas más antiguas. Impresionantes mezquitas se combinan con altos edificios acristalados. La esencia más auténtica de Casablanca te espera en tus vacaciones.
Lo primero que sorprenderá es el hermoso enclave en el que se encuentra. En el Boulevard Sidi Mohammed Ben Abdallah, a orillas del Atlántico, se alza esta maravillosa joya arquitectónica de tonalidades blancas y verdes. Construido durante el reinado de Hassan II, este templo ocupa el segundo puesto en la lista de edificios religiosos más grandes del mundo. Su minarete mide más de 172 metros y, cuando cae la noche, proyecta una luz en dirección a la Meca. Es la única mezquita de Marruecos que permite la visita de turistas.
Uno de los iconos de Casablanca. Se trata de uno de los mercados más grandes de Marruecos, y uno de los más frecuentados por sus habitantes. ¿La razón? Se puede degustar pescado fresco y probar todo tipo de productos tradicionales. Además, si compras algún alimento, los restaurantes de los alrededores del mercado lo cocinarán mientras te relajas y disfrutas del animado ambiente.
Dicho de otra manera, el casco antiguo de la ciudad. Sus pintorescas y recoletas calles te conducirán hacia imprescindibles como las puertas Bab Marrakech y Bab Jédid situadas, además, cerca de muchos puestecitos callejeros con infinidad de productos típicos. Recorrer la antigua medina es la oportunidad perfecta para conocer más de cerca el carácter de sus habitantes autóctonos, probar tus habilidades con el regateo y conocer la arquitectura típica.
Un paseo de película para alejarse del ajetreo. Corniche es un respiro al lado del océano. Un recorrido encantador envuelto de palmeras que te mostrará el lado más tranquilo de la ciudad. Además de los numerosos restaurantes que se extienden alrededor del camino, podrás conocer el faro Hank y, si te gusta pasear, podrás llegar hasta el Santuario de Sidi Abderrahman. Lo curioso de este pequeño templo es que únicamente se ve si la marea está baja.
La mejor oportunidad para conocer la Casablanca moderna. Esta plaza es el centro neurálgico de negocios de la ciudad. Por ello, no es extraño encontrarse con numerosos ejecutivos almorzando al mediodía. La rica arquitectura de la plaza la convierte en un lugar muy recomendable para visitar.
Casablanca no solo es conocida por ser la ciudad más cosmopolita de Marruecos; sino también por sus hermosas playas. Extensos arenales bañados por el Océano Atlántico perfectos para desconectar de la ciudad y relajarse bajo el sol. ¡La desconexión que buscas en tus vacaciones te espera en la siguiente lista!
Una pintoresca playa de rocas al lado de la Mezquita de Hassan II. Este arenal es un punto marítimo perfecto para relajarse y refrescarse después de un día recorriendo el casco antiguo de la ciudad. Cuando la marea baja aparecen piscinas naturales en sus inmediaciones. ¿Un punto a favor? La hermosa estampa de la mezquita mecida por las olas del océano.
Este extenso arenal discurre a lo largo del paseo de Corniche, compilando otros arenales como Ain Diab, Tahití y Playa Paloma. Estas playas son perfectas para los amantes de los deportes de agua, ya que el moderado oleaje permite montarte en tu tabla de surf y disfrutar de unas hermosas vistas a la ciudad. La última de ellas se sitúa en un arrecife ideal para la práctica de snorkel.
Ubicada a unos 30 kilómetros de la ciudad, esta hermosa playa se rodea de amplios jardines y un paseo marítimo lleno de encanto. Cuenta con bandera azul y, aunque a veces tiene oleaje, lo cierto es que este arenal es el lugar favorito de los amantes de la tranquilidad y de la naturaleza.
Si lo tuyo son las calas recónditas, Playa Manesman te encantará. Una pequeña cala protegida por un islote que se ubica a 30 kilómetros de la ciudad. Las tonalidades anaranjadas de la arena contrastan con el azul intenso del océano formando una paleta de colores que querrás fotografiar una y otra vez.
Precioso arenal que se encuentra a menos de una hora en coche. Frecuentado por la jet set marroquí, Skhirat ofrece actividades turísticas como la pesca deportiva y el snorkel. Es una de las playas más frecuentadas por los autóctonos de Casablanca.
La gastronomía marroquí es una auténtica delicia. Todos, absolutamente todos los marroquíes están tremendamente orgullosos de su gastronomía. Y no es para menos. Suculentos platos elaborados con ternera, pollo, pescado y ricas verduras y legumbres te esperan durante tus vacaciones en Casablanca. Eso sí, ¡el cerdo ni tocarlo!
El plato por excelencia. Un plato tradicional cuyo origen religioso hace que se sirva los viernes después de la oración. Esta deliciosa receta consta de una base de sémola que se acompaña con ternera o pollo, verduras y garbanzos. Aviso importante: si vas a comer cuscús asegúrate de programar una actividad tranquila para después. ¡Es un plato potente!
Seguro que más de una vez has visto las típicas cazuelas árabes de fango con una tapa puntiaguda. Se llaman tajines y en su interior se sirven delicias como pollo al limón, albóndigas y verduras con una base de cebolla.
Muy común en la época de Ramadán. Su textura es cremosa, como si se tratara de un puré, y se suele cocinar a base de legumbres y carne. Una opción ligera que puede degustarse como primer plato en prácticamente cualquier restaurante tradicional.
Que no te engañe el nombre. La pastilla es un tipo de pastel redondo elaborado con hojaldre que se suele rellenar de marisco. En algunos restaurantes también lo cocinan con pollo. En la tradición marroquí, esta receta se usa como homenaje a algún miembro de la familia o amigo cercano.
Uno de los postres marroquíes por excelencia. Se trata de una pequeña rosquilla servida con miel o azúcar, dependiendo del establecimiento en el que se consuma. ¿Su acompañante ideal? Un delicioso té.
Prepárate para disfrutar de lo mejor de la gastronomía marroquí en Casablanca. Si lo tuyo son los sabores del mar, el Mercado Central y la Taverne du Dauphin son las mejores opciones para degustar pescado y marisco fresco. Antes de entrar en la antigua medina se encuentra Sqala, un restaurante tradicional con una amplia carta de verduras y platos típicos. También ofrece opciones vegetarianas y veganas. Si lo que quieres es probar el mejor cuscús de Casablanca, el restaurante Al Mounia se convertirá en tu Meca particular. Y, para finalizar el banquete, un exquisito postre en la pastelería Benis cautivará tu paladar.
Si llegas a un destino y no paras de preguntarte cómo lo puedes exprimir al máximo, este apartado te interesa. La maravillosa ubicación de Casablanca, a orillas del océano, la convierte en un destino perfecto para practicar deportes de agua. Y no solo eso, sino que en las proximidades de la ciudad se encuentran diversos campos de golf y centros de pesca deportiva. ¡A disfrutar se ha dicho!
Casablanca es el paraíso de los surfistas. Las olas del océano permiten tanto la práctica de este deporte como también la de kitesurf y windsurf. Las mejores playas para surfear se localizan en el paseo de Corniche, muy cerca de la Mezquita de Hassan II. En la playa Tahiti hay una escuela de surf donde se imparten clases en grupo y particulares para introducirte en este divertido deporte. Y si eres de los que le gusta el riesgo, la ciudad ofrece centros de jet ski donde aprenderás a cruzar el océano a toda velocidad.
Los arenales más tranquilos, como Dar Bouazza y Skhirat, se volverán tus mejores aliados a la hora de practicar snorkel y buceo. Los fondos marinos en esta zona son ricos en fauna y flora, y observarlos se convierte en todo un espectáculo. Si lo tuyo es la pesca deportiva, la zona marítima de Casablanca te ofrece centros de equipamiento y rutas.
Jugar al golf es una maravilla se mire por donde se mire. Este deporte es uno de los más practicados en el país y sus campos están ubicados en paisajes únicos. Algunos de los más concurridos son el Royal Golf d’Anfa (9 hoyos), Casa Green Golf Club (18 hoyos) y Tony Jacklin Casablanca (18 hoyos). Todos ellos disponen de servicio de alquiler.
La metrópolis es el centro cultural por excelencia. El centro te ofrece la posibilidad de visitar galerías y museos de todo tipo. Si eres amante de la música estás en el lugar correcto, ya que Casablanca es conocida entre los aficionados al jazz por acoger uno de sus festivales estrella.
Uno de los museos imperdibles de la ciudad es el Museo Judío de Casablanca. ¿La razón? Es el único museo de historia judía que se ha mantenido en la comunidad musulmana. Una buena manera de conocer la historia de este destino es en el espacio de Memoria Histórica de la Resistencia y la Liberación. Este centro recorre la época de la colonización francesa y la resistencia al protectorado. Galerías como Chaibia Talal y Abdelkebir Khatibi acogen obras de artistas nacionales.
La música Jazz encuentra en la urbe la guinda del pastel. En Casablanca hay una gran tradición de festivales dedicados a este género como el Jazzblanca y el Tremplin L’Boulevard. Auténticos espectáculos en los que la ciudad respira un ritmo imparable. Uno de los clubs por excelencia es Amstrong Official, cuyo nombre ya lo dice todo.
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