Vuelo + hotel a Jerusalén
Jerusalén es la ciudad elegida como capital del Estado de Israel. Por ser una de las más antiguas de todo el mundo, está cargada de historia y cultura, pero también de religión, ya que allí conviven la musulmana, la cristiana y la judía.
El casco histórico de la llamada Ciudad Vieja de Jerusalén, de 3.000 años de historia cargados de eventos, incluye una infinidad de joyas arquitectónicas y culturales, cuyo auténtico pasado merece la pena conocer. En dimensiones reducidas, en concreto hablamos de un kilómetro cuadrado, se concentran lugares tan insólitos como el Muro de las Lamentaciones, el Santo Sepulcro o La Cúpula de la Roca. ¡Estas son tres de las visitas obligadas en Jerusalén!
Sus puertas de acceso son un reflejo del contraste de culturas que allí habitan, y que también podrás comprobar en los cuatro barrios del Interior de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Cada uno con una estética, un aroma y una vibración diferente. ¡Déjate perder por sus calles y empápate de su multiculturalidad!
Patrimonio de la Humanidad, y por si no sabes dónde está Jerusalén, está situada en el Estado de Israel, sobre los montes de Judea y entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto. Para llegar hasta allí, tendrás que viajar al aeropuerto de Tel-Aviv, en un trayecto inferior a las cinco horas y con salidas frecuentes desde las principales ciudades del país.
En lo que respecta a la hora en Jerusalén, tan solo tendrás que adelantar tu reloj una hora. Y si quieres saber sobre su tiempo, en verano las temperaturas son elevadas y con escasas precipitaciones en todo el año.
Si crees que en esta ciudad te vas a aburrir, ¡te vamos a hacer cambiar de idea! Es tanto lo que hay que ver en Jerusalén, que tu visita será una de las más entretenidas.
Si has visto fotos de esta ciudad, es probable que te suena una pared muy alta y larga donde se concentra una infinidad de gente. ¡Ese es el Muro de las Lamentaciones! Es la zona más sagrada y lo único que se conserva hoy del Templo de Jerusalén. Por eso, y porque es el monumento más próximo al Monte del Templo, los judíos acuden aquí para rezar.
El Santo Sepulcro es otra de las cosas que ver en Jerusalén. Si el anterior es el monumento más sagrado para el judaísmo, este lo es para el cristianismo. De acuerdo con los Evangelios, fue aquí donde tuvo lugar la crucifixión de Jesús y donde dejaron su cuerpo tras ella, hasta la posterior resurrección. ¡Ve con tiempo porque suele haber cola!
La Explanada de las Mezquitas es otro de los sitios que tienes que ver en Jerusalén. También conocido como Monte del Templo, aquí se produjeron varios acontecimientos bíblicos notables y se ordenó la construcción de un templo para el Arca de la Alianza, de gran valor judío. Para la religión musulmana, su valor reside en la ascensión de Mahoma al cielo. La roca de este momento se encuentra en el interior del edificio de la Cúpula de la Roca, que tampoco te puedes perder.
El olivo es el árbol que más verás a tu alrededor y en esta ladera, hay una gran concentración de ellos. Desde la parte alta, disfrutarás de una bonita panorámica de la Ciudad Santa. Otros puntos de interés allí son el cementerio judío, la iglesia de Getsemaní, la del Sepulcro de María, así como su tumba y la de los profetas, o la Capilla de la Ascensión.
Por las diferentes culturas que cohabitan en esta ciudad, los sabores que podrás probar también tienen diferentes procedencias. Lo que está claro es que, elijas lo que elijas, disfrutarás de platos de lo más sabrosos.
Por ejemplo, de origen árabe tenemos el hummus y el falafel, ambos preparados con garbanzos y que probablemente ya conozcas porque los hemos incorporado a nuestra propia alimentación. ¡Allí tendrás el sabor más auténtico! También el mujaddara, que consta de arroz con lentejas, o el sakshuka, que consiste en huevos escalfados con tomate, pimiento, cebolla y pimentón.
De procedencia hebrea, puedes comer en Jerusalén las burekas, que son unas empanadas fritas con forma triangular, o el sabih, un delicioso sándwich con berenjena, huevo, tomate, aceitunas y hummus.
Y si te gusta terminar de comer y quedarte con un sabor dulce, encontrarás dátiles en cada esquina, pero nuestra recomendación es que pruebes el halva, que se asemeja al turrón seco y se prepara con especies y semillas de sésamo.
En lo que respecta a los restaurantes en Jerusalén, cuando estés allí verás que muchos llevan un cartel que dice “kosher” y que significa que la comida es pura. La tradición del judaísmo establece diversas limitaciones en los alimentos y las combinaciones que pueden hacerse entre ellos. No obstante, si solo buscas dónde comer en Jerusalén, te será irrelevante.
El Hachapuria es uno de los restaurantes mejor valorados, con comida georgiana. En The Eucalyptus, probarás los platos típicos de Israel y además tendrás la oportunidad de conocer al chef, que sale a conversar con los comensales.
Si quieres probar el auténtico falafel con pan pita, puedes encontrarlo en Pisgat Hafalafel, y en Cafe Yehoshua disfrutarás de un buen café y de platos con una presentación muy curiosa y con un sabor aún mejor.
Si te preguntas si todo lo que hay que hacer en Jerusalén está relacionado con su cultura y las religiones que allí conviven, ¡respira porque no es así! Hay muchos otros planes en los que invertir tu tiempo. ¡Aquí tienes los más interesantes!
Puesto que se trata de una de las ciudades de mayor importancia dentro de Israel, disfruta de excelentes conexiones a otras zonas. Por este motivo, las excursiones desde Jerusalén son una de tus mejores apuestas.
Por ejemplo, la visita al mar Muerto. Pero no te dejes engañar por su nombre, ya que es, en realidad, un lago de agua salada. Sus orillas, que además de Israel, limitan con Jordania y Cisjordania, están a más de 400 metros bajo el nivel del mar. Por la alta cantidad de sal que contiene el agua, podrás flotar sin esfuerzo alguno, y utilizar su barro, rico en minerales, como tratamiento nutritivo para la piel.
Si tras este descanso, buscas actividades de aventura en Jerusalén, apuesta por un tour en 4x4 por el desierto de Judea. Aquí no encontrarás grandes dunas de arena, sino barrancos, cuestas de gran pendiente, terrenos rocosos y dos platos fuertes: los acantilados de Dragot y las cuevas de Murbaat.
Otras actividades en Jerusalén que puedes hacer durante tu viaje son la visita a Cesarea, Acre, Belén o Jericó. Podrás subir al Monte de la Tentación y adentrarte en la gruta donde se sitúa el nacimiento de Jesús. Además, recorrerás tumbas y santuarios o el Campo de los Pastores. ¡Hay una infinidad de cosas que hacer en Jerusalén!
Si buscas actividades en Jerusalén con las que entretenerte, ¡aquí te dejamos algunas opciones interesantes!
La zona de la ciudad nueva, que va desde la Puerta de Jaffa hasta el mercado Mahane Yehuda, se caracteriza por la cantidad de negocios donde hacer compras. En este mercado en concreto, podrás hacerte con una amplia variedad de productos cosméticos y de alimentación. Juntos a las tiendas, diversos cafés y restaurantes, perfectos para el ocio en Jerusalén.
Si buscas algo de arte y cultura en Jerusalén, también aquí dispones de la Ticho House, con candelabros judíos y pinturas, o la Artists House y el edificio YMCA, que son centros culturales muy vivos.
Otros lugares que te pueden resultar de interés son los museos. El Museo de Israel es el más importante, con obras de arte de gran antigüedad y moderno, pero también una arquitectura que llama mucho la atención. Además, cuenta con cinco partes que son independientes del resto, y aquí verás el Museo de Bellas Artes, el Judaico y de Etnografía, el Arqueológico, el Santuario del Libro y el jardín Billy Rose, con esculturas al aire libre.
Y para el turismo activo en Jerusalén que quiera descubrir más puntos de interés, en el lado este, donde la avenida HaShalom, ahora se encuentra un mercado callejero, así como el Museo Rockefeller, la Tumba del Jardín con el sepulcro de Jesús, una cueva de más de dos mil años en la Canteras de Salomón y una catedral anglicana.
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