Noruega es sinónimo de aventura. Un país perfecto para los viajeros más intrépidos pero también para todos los que quieran disfrutar de un paisaje único. Infinitas posibilidades para los amantes de la naturaleza que podrán apreciar con sus propios ojos la belleza de los fiordos noruegos, valles creados por la acción de los glaciares en los que las aguas han invadido la tierra dando lugar a impresionantes panorámicas que invaden el país.

Un destino sorprendente con miradores de postal que se precipitan al vacío como el de Preikestolen, al sudoeste del país. Un espectáculo natural modelado a lo largo de la historia con lagos, montañas, ríos, cascadas o arboledas que sobrecogen a cualquier espectador.

La magia también está muy presente en Noruega con sus auroras boreales, que se producen al choque de las partículas que proceden del sol con la atmósfera terrestre. Un show lumínico en la negra noche que se ilumina de vibrantes tonos como el rosa, el morado o el verde. La mejor zona para verlas es la región norte, en concreto, en el cielo ártico de la ciudad de Tromso. Una exhibición celestial en un lugar en el que descubrir también el fenómeno del sol de medianoche, una puesta de sol infinita que se da en los meses más cálidos, cuando realmente el sol no se pone.

Entre las ciudades que no pueden faltar en la visita al país europeo se encuentra en primer lugar su capital, Oslo. De postal es la ciudad de Bergen con Bryggen, el barrio declarado Patrimonio de la Humanidad. La guía viajera se completa con la ciudad de Trondheim y su impresionante catedral de Nidaros.

Aunque la mayor afluencia de visitantes se da entre los meses de mayo a septiembre, ya que las temperaturas son menos frías y hay más horas de luz, se puede también disfrutar de Noruega a lo grande en otras épocas del año como, por ejemplo, durante las vacaciones de Semana Santa. Un período magnífico para esquiar y relajarse en una de sus coquetas cabañas mientras se saborean los dulces típicos. Si, por el contrario, se quiere avistar una aurora boreal, lo mejor es viajar de septiembre a marzo.

Las gastronomía tradicional se reinventa en un país que presume de ser de los más premiados en el certamen mundial Bocuse d’Or. Nuevos sabores que seducen a los paladares más exigentes tomando como base sus productos típicos más conocidos, como el salmón o la carne de caza. Pero, hay más para probar.

Tørrfisk

Bacalao seco que se sirve en láminas como un aperitivo saludable y que debe su popularidad a la época vikinga.

Brunost

El famoso queso marrón de Noruega con su característico e indescriptible sabor es, sin duda, uno de sus patrimonios gastronómicos.

Smalahove

En la Noruega más tradicional, entre sus bellos fiordos, aún se cocinan las cabezas de ovejas a la antigua usanza: curadas en sal y ahumadas.

Sild

El arenque es protagonista de más de un festival gastronómico en el país. Se puede degustar de varias formas aunque los locales lo prefieren en escabeche.

El país escandinavo es el paraíso para los aficionados al deporte y todos aquellos que busquen nuevas aventuras. Practicar senderismo sobre un glaciar, explorar grutas, montar en trineo de perros, una excursión en canoa, hacer kayak, practicar surf, escalar en una ruta protegida, participar en un safari guiado… En Noruega no faltan las emociones para todos los gustos y edades.

Aventuras que comienzan con la posibilidad de alojarse en algunas de las variopintas casas construidas en las copas de los árboles…

El ocio y la cultura van de la mano en un país que celebra su día grande el 17 de mayo. La Fiesta Nacional conmemora la aprobación de la Constitución en 1814 con desfiles por todo el país, entre los que destaca el de la capital, Oslo. Niños y niñas son los grandes protagonistas de una jornada en la que los trajes típicos colorean las animadas calles.

Entre sus atractivos culturales no faltan sus museos de arte como el Munch, dedicado al creador de ‘El grito’; el espectacular Museo Folclórico, en el que se representan las viviendas típicas de todas las regiones, o el pionero Museo Internacional de Arte Infantil.

Pero no hace falta entrar en un museo para disfrutar del arte puesto que inunda las calles de Noruega. El arte urbano alcanza otro nivel en un país en el que es imposible caminar mirando al suelo, sobre todo en ciudades como Bergen o Stavanger, donde se celebra el famoso festival de Street Art llamado Nuart.

Para los amantes de la comida y la cerveza la cita es a finales del mes de julio en el certamen gastronómico de Trøndelag.

Noruega goza de varios lugares certificados como destinos sostenibles en los que se busca minimizar la huella medioambiental provocada por el turismo. El fiordo de Geiranger es uno de estos destinos sostenibles entre los que también se incluyen las aldeas del valle de Setesdal o lugares como Lærdal, Lillehammer o Røros que sorprenden por su cultura y tradición única.

Sin olvidar joyas naturales como las islas Lofoten y las del archipiélago de Vesterålen o el increíble área de Femund Engerdal, al este del país, que cuenta con dos parques nacionales, más de sesenta picos de montaña y alrededor de novecientas zonas acuáticas.