Viagens a Marraquexe
Bienvenido a la ciudad roja. Bienvenido a un destino que te atrapará por completo. Un destino tan exótico como infinito. Viajar a Marrakech es sinónimo de belleza, de cultura, de aventura y, por encima de todo, de amor a primera vista. Un mundo de fantasía que empieza desde hoy mismo. Bienvenido a tu sueño. Bienvenido a Marrakech.
La primera cosa que te fascinará de esta gran ciudad son las maravillas arquitectónicas que te encontrarás a cada paso. Como es el caso de la Mezquita Koutobia o de la famosa plaza Jemaa el-Fna, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Por no hablar de su mágica medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Un conjunto de callejuelas que se cruzan y entrecruzan conduciéndote a través de pasadizos, zocos y lugares impresionantes como las Tumbas Saadíes y la Medersa ben Youssef.
Considerada como la capital turística de Marruecos y como uno de los centros culturales más importantes del país, esta increíble ciudad es interminable. Marrakech es una ciudad que brilla con colores propios. Muchos la llaman la ciudad roja debido al parecido de sus colores rojizos con la arena del desierto. Sus numerosos zocos están considerados como los mejores zocos de Marruecos y en ellos residen las mejores muestras gastronómicas y de artesanía del país.
Enmarcada en un paisaje dominado por las hermosas montañas nevadas del Atlas, la ciudad se rodea de espacios naturales con mucho encanto. Como el Valle de Ourika, un impresionante pulmón verde en el que se esconden cascadas, casas típicas bereberes y un pequeño pueblo junto al río Ourika. El intenso verde de esta zona contrasta de lleno con el desierto del Sáhara. Grandes dunas y una brisa incesante te esperan en los numerosos recorridos en camello y en quad que se ofrecen desde la ciudad.
Marrakech es para guardárselo para siempre en el corazón. Para bebérselo a sorbitos. Estás a punto de iniciar una experiencia única que te cambiará para siempre. Quien visita Marrakech, se queda. Quizás no en cuerpo, pero tu alma siempre guardará un trocito de su esencia.
Ten tu agenda a mano, ¡porque Marrakech es infinito! La ciudad alberga auténticas maravillas arquitectónicas que tienes que conocer sí o sí durante tus vacaciones. Estos son algunos de sus imprescindibles.
Primera visita obligatoria. Primero porque es una de las mezquitas más grandes de la comunidad musulmana. Segundo, porque su altísimo minarete es una auténtica muestra del esmero arquitectónico de la ciudad. Sus 70 metros de altura la convierten en el edificio más alto de la urbe y, de hecho, está prohibido construir edificios que la superen. La entrada está prohibida a los no musulmanes pero sus vistas exteriores merecen que te acerques.
Uno de los pocos recuerdos que quedan de la comunidad Saadí que gobernó la ciudad en el siglo XVII. El espacio está delimitado por una gran muralla en el que descansan los mausoleos y un hermoso jardín repleto de mosaicos.
Una de las postales más bonitas de la ciudad. Un gran estanque preside estos pintorescos jardines que cuentan, además, con las montañas nevadas del Atlas de fondo. En su interior se alza un hermoso pabellón de tejas verdes conocido como Minzah.
La plaza más famosa de Marrakech. Una joya en sí misma. Si estás en esta plaza, te encuentras nada más y nada menos que en el corazón de la ciudad. Durante el día su apariencia es similar a la de un zoco, repleta de puestos de comida, zumos y artesanía. Al caer la noche, los restaurantes de la zona despliegan sus terrazas y la plaza adquiere un tono más bohemio.
Ubicado a pocos minutos del centro, este palacio es la mejor muestra de la realeza marroquí. Su elegante diseño se distribuye en 160 habitaciones y un amplio jardín que el visir Ahmed ben Moussa mandó construir para su disfrute personal.
Punto de acceso a la medina. La gran particularidad es que, dependiendo de la estación y el momento de día, su color cambia.
Uno de los barrios judíos más importantes de Marruecos. Aunque en la actualidad solo viven musulmanes, este barrio disponía de sus propios mercados y comercios. Ubicado junto al Palacio Real, pasear por sus calles se convierte en un fascinante viaje al pasado
Son tantos los lugares que hay que visitar en Marrakech que seguramente te estés preguntando cuándo llega la hora de comer. ¡Tranquilo! Esta apasionante ciudad cuenta con una riquísima carta gastronómica que enamorará tu paladar en cuestión de segundos.
Unas albóndigas muy especiales. Las koftas se elaboran con carne de ternera, especias y verduras. Resultan un manjar delicioso para compartir e, incluso, hay restaurantes que las sirven en forma de pincho moruno.
El cordero es una de las carnes más cocinadas en esta parte del país. El méchoui consiste en un cordero entero a la brasa al que se le va untando salsa harissa, con un ligero gusto a picante. Es uno de los platos más importantes de Marruecos y se come con las manos acompañado de cuscús.
El imprescindible. Vayas donde vayas en Marruecos, este plato nunca faltará en la carta de ningún restaurante. Se trata de sémola de trigo acompañada de carnes, pescado y verduras.
Otro de los imprescindibles de Marruecos. El tajín se cocina en cazuelas de fango adornadas con una tapa en forma de punta. En ellos se preparan verduras y carnes aderezadas con pimentón y cúrcuma. Los más conocidos son el de pollo al limón y el de ternera con ciruelas.
Famosa por su uso durante el Ramadán, esta sopa tradicional tiene una textura cremosa y se elabora con legumbres, ternera y verduras.
La mejor manera de terminar una comida. Este delicioso postre, también típico en otras regiones como la India y Los Balcanes, se elabora con una masa rellena de nueces y bañada en miel. ¡No podrás parar!
Marrakech cuenta con una gran variedad de restaurantes que te mostrarán lo mejor de la gastronomía marroquí. Es el caso del tradicional Jemmaa el Fna, ubicado en la plaza con su mismo nombre donde vivirás la experiencia de comer sin cubiertos. El restaurante Le Marrakchi, además de elaborar recetas autóctonas, ofrece espectáculos de danza. Si te gusta el jazz, el restaurante Riad Tamsna ofrece platos locales e internacionales en un ambiente que te transportará a Nueva Orleans. En los numerosos zocos de la ciudad también podrás probar recetas típicas y comida rápida.
Las opciones en Marrakech son infinitas. Su ubicación estratégica te permite estar muy cerca de maravillas naturales como la cordillera del Atlas y el impresionante desierto del Sáhara. Auténticos paraísos que no puedes perderte durante tus vacaciones en Marruecos.
Colinas de un verde tan intenso que te hará parpadear, cascadas, naturaleza, el murmullo del río… Nadie diría que esta hermosa estampa podría encontrarse en Marrakech pero, precisamente, esa es la magia de este destino. Dedicar un día de excursión en el Valle de Ourika es regalarte la oportunidad de sumergirte en un paisaje natural como pocos. En el camino te encontrarás con casas tradicionales bereberes y el pequeño pueblo Setti Fatma, ubicado a la orilla del río Ourika.
Los picos nevados de las montañas que apreciabas en la ciudad se rinden a tus pies. El Atlas es el escenario perfecto para realizar numerosas excursiones en las que te cruzarás con imponentes gargantas, como las de Ghaghia Wadi, pequeños pueblecitos bereberes como Tahanaout.
En la cima más alta del Atlas se encuentra este espacio protegido de gran biodiversidad. Sus diversos senderos y caminos te conducirán por una de las zonas más ricas del alto Atlas y de gran interés para los amantes del excursionismo.
Atrévete a descubrir el desierto más grande del mundo. Recorrer el Sáhara es una de esas experiencias que viajan siempre contigo. Entre sus grandes dunas y fortalezas te adentrarás en un escenario de película que te maravillará por completo. Las travesías pueden hacerse en camello o en quad.
No hay manera de aburrirse en Marrakech. La ciudad es uno de los centros culturales más importantes de Marruecos donde, además de albergar importantísimos monumentos arquitectónicos, podrás conocer una gran variedad de museos. Cada año se celebra el Festival Internacional de Cine de Marrakech, que reúne a grandes personalidades de la Industria marroquí.
La ciudad acoge varios museos de arte marroquí como Dar Si Said. Un centro de arte construido por los mismos artesanos del Palacio de Bahia que expone varias piezas de artesanía marroquí, alfombras y tejidos. El Museo de Marrakech expone obras de arte temporales en las que el cobre y los vestidos típicos adquieren protagonismo. La Maison de la Photographie es una gran exposición de fotografías antiguas en las que se muestran la evolución de la ciudad y su demografía.
El Festival de Cine de Marrakech es la mejor oportunidad para conocer a las estrellas del país. El festival se celebra de manera anual y en él se exhiben las producciones más representativas de cada año. Uno de los imperdibles es el Festival de las Artes Populares, declarado Patrimonio Cultural por la UNESCO, recopila danzas tradicionales, música gastronomía y cuentos locales.
A unos 100 kilómetros de Marrakech se encuentra el Parque Nacional del Toubkal. Un espacio protegido que disfruta de una gran diversidad de flora y fauna. Este hermoso enclave acoge a las últimas comunidades bereberes que mantienen una forma de vida similar a la de sus antepasados.
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