Viaja a Italia
Italia es el país del mundo que más ama la belleza. No le queda otra porque es el destino que ofrece la mayor concentración de arte, historia y monumentos de todo el planeta. De hecho, un informe de la UNESCO afirma que Italia acoge más de la mitad del patrimonio histórico y artístico del mundo. Y lo apasionante para nuestro viaje es que no todo está concentrado en las capitales porque el patrimonio y la historia nos aguardan en cada ciudad, pueblo, catedral, iglesia, monasterio, convento y parroquia.
La cultura y la belleza se dieron la mano en Italia hace centenares de años y alrededor de ellas una potente industria turística que en verano nos mima en nuestros días de playa en enclaves extraordinarios y que nos apoya en invierno cuando escogemos Italia para esquiar en pistas de primerísimo nivel. ¿Qué pone la guinda a nuestros sentidos durante nuestra estancia en Italia? Por supuesto que ese elemento es la gastronomía, la de las ciudades y la de los pueblos, la de la península y la de Cerdeña y Sicilia, la de las ciudades industriales del norte y la de las ciudades portuarias del sur.
Italia está dividida en 5 unidades geográficas. Una división que nos puede ayudar a organizar el tiempo en nuestra esperada visita a Italia. Las ciudades más importantes del país son Roma, Venecia, Florencia, Milán, Bolonia, Nápoles y Pisa. A esta lista de visitas obligadas debes añadir las islas de Cerdeña y Sicilia. Repasadas las importantes, apunta también en tu lista poblaciones idílicas como Turín, Génova, Siena, Bari o Palermo.
Debes tener en cuenta que el clima en Italia es muy variable, en función de la parte del país que vayas a visitar. El norte, ya cercano a Suiza, Austria y Francia, tiene un clima frío y seco. En cambio, el ambiente del sur te recordará a nuestro clima mediterráneo, más húmedo y templado.
Cada pueblo italiano tiene una variante propia de cualquiera de los platos que conforman la reconocida gastronomía internacional italiana. Debes acudir a ellos para descubrirlos, conocer sus recetas y enamorarte.
En todo caso, lo que no falta nunca en la despensa italiana son las hortalizas y verduras usados para aromatizar sus platos, la carne de ternera para sus estofados o el prosciutto (el jamón italiano), las lasañas, raviolis, macarrones, risottos y spaghetti, quesos como la mozzarella, el parmigiano reggiano y el granna padano. Pero la elaboración más famosa ya sabes que es redonda y se hace al horno de piedra. Toda un universo de pizzas se tropezará contigo en tu recorrido por Italia.
El café expreso o el capuccino, los afamados vinos, licores como la Sambuca, el Amaretto, el limoncello, la Grappa o el Vermouth completan una variada carta de opciones. Y recuerda que ni la pizza ni el vino ni un limoncello son iguales en Turín que en Nápoles
Monumentos que no debemos perdernos. Sin duda, el Coliseo de Roma, el Arco de la Paz (Milán), el Ponte Veccio de Florencia, las dos fachadas del Palacio Ducal de Venecia y su Basílica de San Marcos.
En cuanto a museos, el más atractivo por su carga simbólica y por sus ejemplares es el Museo del Vaticano, y la Galería de la Academia de Florencia.
La lista de iglesias es interminable y todas suponen impactos inolvidables. La Basílica de San Pedro en Roma, el Duomo de Milán y Santa Maria del Fiore en Florencia son las más admiradas.
El valor histórico de la gran cantidad de palacios que se reparten por la geografía italiana es incalculable. Son majestuosas edificaciones que algún día fueron la vivienda de nobles cortesanos, personas influyentes de la sociedad o miembros del gobierno.
No se puede hacer una lista de recomendaciones sin incluir en ella el Palazzo Venezia que, con la Iglesia de San Marcos, ocupa una manzana completa. Es imperdonable no visitar su Sala del Mappamondo y ofrece diversas colecciones de arte. Está en Roma, como el Palacio de la Cancillería, todo él recubierto de mármol travertino. Necesita autorización específica para ser visitado ya que es la sede de la Cancillería Pontificia, en Ciudad del Vaticano.
Los que saben del tema dicen que el Palazzo Marino, en Milán, es el más bonito de toda Italia. También en Milán, el Palacio Isimbardi, de estilo renacentista.
También es renacentista el Palaccio Pitti, en Florencia. Ahora bien, el icono de la ciudad es el Palacio Medici-Riccardi, ubicado en el centro de la ciudad.
El barón Giorgio Franchetti adquirió en 1894 la Casa Dorada (Ca’ d’Oro) y la llenó de obras de arte que hoy podemos contemplar.
Antes de finalizar tu estancia en Italia repasa tu lista de objetivos y comprueba que has visitado la Fontana de Trevi en Roma) y la Torre inclinada de Pisa.
Italia es un país privilegiado ya que su costa se baña en las transparentes aguas mediterráneas y adriáticas. Vive la experiencia de recorrer sus playas y calas más especiales de norte a sur y, si te da tiempo, viaja hasta alguna de sus islas paradisiacas. ¡Te sorprenderán!
La Torre dell’Orso es una de las playas del sur más hermosas. Además de ubicarse en un entorno natural único y aguas turquesas, la playa cuenta con formaciones rocosas de gran belleza que forman una piscina natural única en la que darse un chapuzón. No te olvides de tomar algo fresquito en su chiringuito.
Rimini es sinónimo de vacaciones. Esta zona de Italia cuenta con arenales kilométricos con hamacas y sombrillas. El lugar está preparado para el turismo de sol y playa con todos los servicios: hoteles, restaurantes, ocio nocturno, souvenirs y actividades de todo tipo para que desconectes unos días.
La isla más grande de todo el mar Mediterráneo se encuentra al sur de Italia. Visitada cada año por millones de turistas, presume de tener algunas de las playas más espectaculares de Europa. Date un baño en Santo Vito lo Capo, toma el sol en Isola Bella o practica snorkel en Scala dei Turchi.
La gastronomía italiana es muy variada y rica en ingredientes. Desde sus aperitivos o antipasti, sus pastas frescas, sus pizzas al horno de leña, los risottos melosos, o sus postres como el tiramisú o la panna cotta. Italia es un menú sin fin de sabores y colores.
Aprovecha tu viaje a Italia para comer la mejor pasta fresca de tu vida. Vayas al restaurante o trattoria que vayas, normalmente podrás encontrar en el menú un plato de pasta casera. ¡Nunca falta en la mesa de un italiano! Combínala con sus principales salsas: alla cabonara, all’amatriciana, bolognesa, pesto… ¡Una delicia para el paladar!
De norte a sur de Italia encontramos distintos tipos de pizza. Las más conocidas son las napolitanas o romanas. Las primeras son características por tener una masa más alta, de hasta 2 centímetros, mientras que la romana es la pizza con la masa fina. Las dos versiones serán deliciosas, no hay duda, pero es conveniente fijarse en que estén cocinadas en horno de leña.
A lo largo y ancho del país, Italia ha sido cuna de algunos de los mejores deportistas del mundo. Aprovecha tu aventura para conocer su historia más de cerca. Y, si eres deportista o aventurero, también podrás aprovechar estos días para vivir alguna experiencia deportiva nueva en primera persona.
Seguramente es una de las excursiones más bonitas del país. ¡Y no es para menos! Recorrer estas montañas de formas tan peculiares es toda una experiencia para el excursionista. Recuerda llevar calzado adecuado e ir bien equipado.
Si tienes ocasión de viajar al norte de Italia aprovecha para hacer parada en uno de los estadios más emblemáticos del país. El Estadio de San Siro, también llamado Estadio Giuseppe Meazza, acoge a dos grandes equipos, que además son rivales, el A.C. Milán y el Inter de Milán.
Además de playas y buen comer, Italia es sinónimo de historia y cultura, ya que alberga algunos de los monumentos y fondos artísticos más importantes del planeta. Desde la época del Imperio Romano, pasando por el Renacimiento o el Barroco. Italia recoge su herencia en un catálogo creativo interminable.
La Torre de Pisa, la Fontana di Trevi, el David de Miguel Ángel, el Coliseo romano, el Vaticano… Todos estos famosísimos monumentos, piezas de arte y edificios se encuentran en Italia. La ópera, la arquitectura, la literatura. Florencia, cuna del Renacimiento, Venecia, Verona, Nápoles… Conocer el país es un privilegio y un auténtico viaje en el tiempo.
Una de las tradiciones más divertidas es el aperitivo. A partir de las seis de la tarde, los bares empiezan a ofrecer junto a los cócteles, como el spritz, una selección de embutidos, quesos y otros manjares típicos. Es un momento muy importante para socializar, quedar con amigos y olvidar por un rato la rutina laboral.
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