Curaçao se alza como una de las joyas del Caribe. A pesar de ser una isla ubicada a poca distancia de la costa de Venezuela, forma parte de las Antillas Neerlandesas. Esta característica confiere a Curaçao una mezcla irrepetible de playas de ensueño, arrecifes de coral, abundante fauna marina y poblaciones con aspecto puramente colonial muy bien cuidadas. Está a solo 50 kilómetros de Venezuela y en el siglo XV fue colonizada por españoles, por poco tiempo.
En Curaçao todo es fácil, incluido el idioma para comunicarse. En la isla se hablan neerlandés, español, inglés y el local papiamento. También es fácil su clima, el acogedor buen tiempo caribeño que baña Curaçao todo el año.
Playas, ocio, deporte, vida familiar y calidad en el alojamiento dan a la isla de Curaçao la posibilidad de garantizar un viaje de placer con todas las necesidades cubiertas y sin necesidad de recorrer grandes distancias para desplazarse de un punto de interés a otro.
La gastronomía que se puede descubrir en Curaçao responde a lo que se puede esperar de una isla del Caribe: fusión de la cocina holandesa, española, africana y asiática. La verdura, los pescados, los mariscos y las carnes de cabra, cerdo y pollo son la base de lo que encontrarás en las cartas de su oferta gastronómica.
El Funchi es el plato principal en casas y restaurantes. Se trata de una masa obrada con harina de maíz. Acompaña a todo tipo de platos. El Keshi Yeñá es una base de queso gouda pasada por la sartén que se rellena con pollo, verduras y, cómo no, frijoles. El arroz moro es muy común en todas las islas del Caribe. Se trata de una mezcla de arroz y frijoles que acompaña a cualquiera de los variados guisados de carne o pescado que se elaboran en la isla. Muy caribeña también es -y se come en Curaçao- la sopa de cactus. La yuana es un plato obligatorio, a base de carne de iguana. Este animal, presente en la isla, se aprovecha para guisar su carne o para sopa. Su sabor es parecido al del pollo.
Un safari en Jeep por la zona norte, el este y el oeste de la isla es una muy buena recomendación para pasar el día en familia o con amigos. Hay varias empresas que se pueden contratar para este servicio que, entre otras cosas, permite visitar cuevas, contemplar cactus gigantes o atravesar enormes llanuras de arena a toda velocidad. Los entornos naturales de Curaçao merecen dedicarles un tiempo. No defraudan. Y esto no es todo en tierra porque también se puede realizar escalada y saltos en paracaídas.
El deporte que te ofrece más posibilidades es el buceo. En el Curaçao Sea Aquarium Park uno puede practicar snórkel en una laguna natural mientras alimenta a rayas y peces de colores. A través de unas mamparas se pueden ver muy de cerca tiburones limón y nodriza con todas las garantías de seguridad. Playa Mansaliña, Barracuda Point o Black Rock son algunos de los muchos puntos para realizar buceo a ambos lados de los arrecifes.
Para algo más tranquilo, la isla cuenta con algunos campos de golf donde poder practicar este deporte. La mayoría están asociados a resorts establecidos en la isla.
En el Caribe también se hace de noche y Curaçao está preparado para este momento tan especial en el que se desea cenar, ver movimiento y tomar unas copas. Cabana Beach, Caribbean Lounch Bar (con más de 50 tipos de ron), Club Vanilla, Iguana Café, Madero Ocean Club, Netto Bar (el más antiguo de Curaçao), Teatro Luna Blou o Zanzibar Beach&Restaurant son algunos de los mejores ejemplos de lugares ideales para transitar por las últimas horas de cada jornada. Siempre en un entorno atractivo, en zonas muy animadas dentro y fuera de los locales de toda la isla.
También hay media docena de casinos a los que se puede acudir para pasar el rato. Todos ellos en edificios singulares.
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