Viajar a Viena
La capital imperial de la música clásica. Situada a orillas del río Danubio estamos ante una de las ciudades más bonitas de Europa. Cuando la pises entenderás por qué fue elegida como escenario de la romántica película Antes del Amanecer. Cuna de grandes compositores como Beethoven o Strauss, su extenso patrimonio arquitectónico y monumental se suma a que es una de las ciudades con mayor calidad de vida.
Viena es arte, música y museos. Viena enamora hasta a los corazones más fríos. Sus palpables huellas del barroco medieval, su señorío plasmado en palacios inigualables y sus zonas verdes te cautivarán de un plumazo.
Es el plato más famoso de toda la gastronomía austriaca. Este filete de carne empanada ha traspasado fronteras y se ha convertido en un básico de los hogares de todo el mundo. Pero como la experiencia hace al maestro, sin ninguna duda, los de Viena son los mejores.
Asado de cerdo envuelto en una costra crujiente de mostaza y especias.
Del frío de Viena se sale con las sopas y esta es una de las más famosas. Se trata de un caldo de ternera que en el momento de servirlo se le echa tortilla.
Albóndigas rellenas de bacon. Están elaboradas con una mezcla de huevo, cebolla, bacon salteado y pan rallado.
Carne de la parte trasera de la ternera, cocida con caldo de verduras. Se suele servir con un surtido de salsas y compotas vienesas.
La Tarta Sacher, la joya de la corona gastronómica.
Se trata de una masa de hojaldre con trozos de manzanas, sirope y canela que además suele ir servido con nata o salsa de vainilla por encima. Vamos toda una bomba de calorías que se fundirá en tu boca queriendo tomar más y más.
Si eres un amante de los caballos, no puedes irte de Viena sin haber conocido la Escuela Española de Equitación, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Ubicada en el Palacio de Hofburg, tiene 400 años de antigüedad y es una de las más emblemáticas a nivel mundial. Acércate al escenario de la Escuela de Invierno para ver a los caballos en acción.
Se trata del parque de atracciones más antiguo del mundo. Construido nada más y nada menos que en 1895, aún conserva algunas atracciones de esa época como la Noria Gigante desde donde podrás disfrutar de Viena a 60 metros.
Si vas a Viena y no entras a Café Sacher para tomarte un café con un trozo de la famosa Tarta Sacher, es como si nunca hubieras estado en la ciudad. Se trata de la cafetería más famosa de la capital austriaca.
Los amantes de la música clásica están de suerte. El parque Stadtpark ofrece conciertos con las mejores obras de Mozart y Strauss que se realizan en el Kursalon, el mismo lugar desde el que Strauss dio su primer concierto.
Inspírate para tu próximo viaje