Viaja a Hammamet
A unos 60 kilómetros de la capital de Túnez, se encuentra la preciosa ciudad costera de Hammamet, pionera del turismo en Túnez y que sigue siendo uno de los enclaves preferidos para aquellos que visitan este país del norte de África.
Desde grandes y lujosos hoteles y resorts hasta auténticas casas de huéspedes, una estancia en Hammamet es sinónimo de vacaciones completas. Sus playas de arena blanca y fina son famosas y concurridas tanto por los lugareños como por sus visitantes. Pasear por su colorida medina y por su puerto deportivo, dejarse inspirar por su historia o divertirse en uno de sus célebres clubs nocturnos, Hammamet acoge a sus visitantes con multitud de opciones para pasar la mejor de las vacaciones.
La ciudad ha sido refugio de numerosos artistas, escritores, actores o arquitectos que eligieron Hammamet para establecer su residencia o bien como lugar de visita habitual. Pintores como Man Ray o Giacometti, arquitectos como Le Corbusier, cineastas como Luchino Visconti o modistos como Guy Laroche se dejaron seducir por el encanto de Hammamet. Hoy todavía cuenta con personalidades de la jet set internacional que la visitan regularmente en busca de su hechizo y belleza
Historia y patrimonio se combinan a la perfección con playas, deportes náuticos así como con una intensa vida nocturna. Hammamet es uno de los destinos más sofisticados de Túnez, preferido por artistas y celebrities para disfrutar de relajadas estancias así como de las actividades más vibrantes. ¡Déjate seducir por un enclave único a la orilla del Mediterráneo!
El centro histórico de Hammamet es uno de sus grandes atractivos. A orillas del mar y rodeada de murallas, sorprende por sus casas blancas encaladas con puertas decoradas en vivos colores. Un entorno fotogénico en el que perderse por estrechas callejuelas llenas talleres de artistas, tiendas de recuerdos, pequeños cafés y restaurantes y algún hammam, el tradicional baño público que da nombre a la ciudad. En una de sus esquinas, no podemos dejar de visitar la kasbah, un fuerte de defensa de piedra maciza construido en el siglo XV sobre otro previo del siglo XII.
La localidad es mundialmente conocida por sus playas, en las que tumbarse al sol, sobre la fina arena blanca y sumergirse en las aguas cristalinas del Mediterráneo. Si bien algunas playas son privadas gestionadas por los hoteles y resorts de primera línea, es posible encontrar rincones idílicos en los que disfrutar de baños en el mar y deportes acuáticos.
El centro neurálgico de la bohemia de Hammamet a principios del siglo XX lo constituyó una impresionante mansión construida por el multimillonario rumano George Sebastian. Las opulentas fiestas y los honorables invitados han dado paso hoy al Centro Cultural Internacional de Hammamet, que acoge exposiciones, representaciones teatrales, conciertos y otras manifestaciones artísticas en un enclave de belleza excepcional y, por tanto, de obligada visita.
Hammamet es sinónimo de playas, no en vano, la ciudad costera es uno de los primeros enclaves en los que se desarrolló el turismo en Túnez en la década de los 70. Su situación privilegiada, relativamente cerca de la capital y de los principales medios de transporte, bañada por el Mar Mediterráneo y con un clima agradable y soleado, hacen de esta región una de las favoritas por los que visitan el norte de África en busca de unas vacaciones cálidas y entretenidas.
El borde marítimo de esta ciudad lo forma un gran arenal en el que pasar algunas de las mejores jornadas de las vacaciones. Agua cristalina, arena blanca y palmeras bajo las que tumbarse a disfrutar del sol del Mediterráneo. Al ser una playa urbana, es ideal para aquellos que no renuncian a las comodidades: tumbonas y sombrillas a precio razonable, bares y restaurantes cercanos y la posibilidad de contratar excursiones marítimas o equipamiento para deportes acuáticos. ¿Quién se apunta?
Aquellos que viajan a Túnez en busca de rincones exclusivos y privilegiados no pueden dejar de visitar la zona de Yasmine-Hammamet. A unos 10 kilómetros de la ciudad, este entorno de reciente construcción se caracteriza por sus hoteles y comercios de lujo. Además, posee una de las mejores playas de la costa de Hammamet, de fina arena blanca y aguas turquesas así como todas las comodidades posibles a su alrededor.
En la cara norte del golfo Hammamet, a unos diez minutos en coche de la ciudad, se encuentra esta magnífica playa que no suele estar tan concurrida como las más cercanas a la urbanización. Aguas tranquilas y cristalinas en las que disfrutar de un relajante baño con una menor afluencia de gente. Sin embargo, a pesar de la tranquilidad de esta ubicación, cuenta con todo tipo de comodidades.
La gastronomía de Hammamet es de raíces eminentemente mediterráneas en la que predominan los productos frescos y de temporada como pescados, verduras y frutas. Además, al ser una zona cosmopolita y con visitantes de todas las partes del planeta, cuenta con una amplia oferta de cocina internacional.
Una de las elaboraciones típicas de la zona, que puede disfrutarse en todo el país, es la Ojja o también llamada shakshuka. Se trata de un plato popular preparado a base de tomates, pimientos y cebolla cubierto con huevos escalfados u horneados y, por supuesto, bien condimentado con ajo y especias. En algunos casos se sirve con merguez, unos sabrosos chorizos procedentes de la cocina bereber. ¡Toda una delicia!
Es imposible viajar a Túnez y no probar el exquisito cuscús. Con una base de sémola de trigo duro cocinado con verduras de temporada y legumbres como los garbanzos, es fácil de encontrar en sus múltiples versiones: con carne de cordero o pollo, con pescado o vegetariano. Ya que nos encontramos en un antiguo puerto pesquero, se recomienda probarlo acompañado de pescado fresco de la zona.
Un delicioso y refrescante té verde o té de menta acompañado de dulces árabes es uno de los mejores planes que uno pueda imaginar y si es en la terraza con las mejores vistas de todo Hammamet, la experiencia es redonda. En la medina, se encuentra el café Sidi Bouhdid, uno de los lugares más excepcionales para contemplar la puesta de sol en Hammamet. Disfruta de los deliciosos pastelitos a base de pistacho y miel sobre los cojines de colores de esta auténtica y única terraza.
En Hammamet es prácticamente imposible aburrirse ya que la localidad ofrece opciones de ocio y diversión para todos los gustos. Al ser una ciudad costera, las playas y los deportes acuáticos son uno de los planes perfectos para pasar el día, sin embargo, los que prefieran naturaleza solamente tendrán que desplazarse unos 35 kilómetros para llegar al monte Zaghouan donde practicar senderismo, espeleología o simplemente dejarse impresionar por su paisaje.
El mar Mediterráneo no solamente ofrece aguas tranquilas, cristalinas y de un azul intenso, también invita a la aventura y las actividades acuáticas. Los viajeros que quieran explorar el fondo marino de las costas tunecinas podrán apuntarse a alguna de las excursiones de buceo que se ofertan en la zona y aquellos que prefieran una experiencia más cómoda y exclusiva, podrán alquilar un barco o catamarán en el puerto deportivo para recorrer el golfo de Hammamet y darse un chapuzón de una forma única e inolvidable.
A tan solo 35 kilómetros al interior de Hammamet, el monte Zaghouan es un destino perfecto para realizar una excursión en la que la naturaleza será la protagonista. La montaña está formada por numerosas cavernas y cavidades naturales en las que adentrarse por sus galerías de piedra caliza. Si simplemente queremos realizar senderismo por su superficie, nos sorprenderán las majestuosas águilas reales que habitan en la zona y el colorido de las orquídeas silvestres que cubren el paraje.
La cultura ha sido a lo largo de la historia uno de los atractivos principales de Hammamet. De aquellas noches de intelectuales y bohemios de principios del siglo XX queda su influjo en forma de talleres de artistas y una intensa vida nocturna. Callejeando por la medina, nos encontraremos con numerosas antiguas casitas de pescadores habitadas por pintores y escultores que muestran sus obras a los visitantes. El Centro Cultural Internacional de Hammamet cuenta con una programación excepcional de eventos culturales y los clubes nocturnos programan fiestas y actuaciones de músicos y DJs de reconocido prestigio.
Al final del verano, Hammamet se convierte en la capital de la cultura del norte de África. El festival multidisciplinar tiene su origen en 1965 y desde entonces ha acercado a la ciudad a artistas de renombre internacional en los campos de la danza, el teatro o la música.
Es el centro neurálgico de la cultura contemporánea de la ciudad. La antigua mansión de Georges Sebastian, construida siguiendo la arquitectura tradicional tunecina con influencias Art Decó, cuenta con un impresionante jardín botánico y un teatro fascinante.
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