Viajar a Irlanda
En Irlanda todo es impresionante. Que no os engañe este pequeño país con una gran reputación. Paisajes imponentes junto a pueblos fascinantes y amables. Una naturaleza lírica propia de esos poemas basados en el amor, la vida y la libertad. Irlanda son acantilados, rutas y verde. Irlanda son tréboles y duendes. Irlanda es magia.
Sí, Irlanda simplemente es una preciosidad digna de cuento. Su gente no necesita proclamar a los cuatro vientos que su tierra es una de las más bonitas del mundo porque lo han demostrado y con creces. Su rico patrimonio histórico, su inmenso pozo natural y el cálido recibimiento de los irlandeses, lo apoyan.
Se trata de unas impresionantes ruinas ubicadas en un enclave espectacular. Podemos encontrar un castillo, una catedral, unas cruces y varias iglesias que simplemente dan magia al lugar.
Este lugar te teletransporta directamente a un cuento de princesas. Sus distintas tonalidades grises crean una perfecta armonía con el paisaje verde de alrededor. Actualmente este castillo es el hogar de un grupo de monjas benedictinas que abrió un internado. Sin embargo, se puede acceder ya que tiene horarios de visitas y pasear por los alrededores.
Es uno de los castillos más conocidos de Irlanda ya que aquí podemos encontrar la piedra de la elocuencia o también denominada piedra de Blarney. Se trata de un bloque de piedra que tal y como cuenta la leyenda, perteneció a la Piedra Scone. “Si subes hasta la parte alta del castillo y la besas por la parte de abajo obtendremos el don de la elocuencia”, concluye la leyenda.
La capital del país es una de las más bonitas, místicas y activas. En esta ciudad podrás disfrutar de una de las fábricas de cerveza más importantes del mundo: Guinness Storehouse además de una de las universidades más reconocidas internacionalmente: Trinity College.
Sin duda, la ciudad más tranquila del país. Conformando una pequeña isla como casco urbano, la principal característica de Cork es su paz. A pesar de ser la segunda ciudad más poblada de Irlanda, da la sensación de estar en un pequeño pueblo donde el ruido de las bocinas y la gente caminando estresada brillan por su ausencia.
Esta ciudad cautiva a primera vista por su estilo medieval y pintoresco.Su atmósfera juvenil y amena acompaña a una infinidad de lugares para visitar como el Barrio Latino y sus calles multicolor o la iglesia de Saint Nicholas, que según dicen las lenguas, pisó Cristóbal Colón.
No te puedes ir de Irlanda sin haber hecho su famoso desayuno irlandés. Salchichas, jamón, morcilla, huevos, tomates, judías… y sobre todo mantequilla. Vamos, el típico desayuno que te dará toda la energía que necesitas para el resto del día.
Además del típico Fish and chips, los platos más típicos de la gastronomía irlandesa son:
Estofado de ternera con patatas, zanahorias, cebolla, cerveza, caldo vegetal, patatas y tomates. También tienes el Guinness Irish Stew, cuya salsa está elaborada con la famosa cerveza negra.
Sopa de marisco hecha con salmón, patatas y una mezcla de marisco.
Carne asada de cerdo o ternera con pudding de Yorkshire, patatas y verdura.
Irlanda también destaca por sus exquisitos postres como la tarta de chocolate al whisky y el rhubarb crumble, una especie de tarta que se sirve con helado de vainilla.
Una de las atracciones turísticas más demandadas por los turistas y no es para menos. Desde una vertiginosa altura de 214 metros las vistas son más que espectaculares, pudiendo llegar a observar la bahía de Galway en los días soleados. La espuma marina y la frescura del Atlántico te harán sentir como si estuvieras desafiando al océano desde lo más alto.
Formas casi imposibles y un paisaje para soñar. La Calzada de los Gigantes tal vez sea uno de los lugares más impresionantes de Irlanda. Consta de más de 40 mil columnas de basalto que se crearon por el enfriamiento de la lava que expulsó un volcán.
Si hay un lugar en Irlanda donde puedes perderte es aquí. Eso sí, no es apto para personas con vértigo ya que se trata de un puente a 25 metros sobre el mar que une una pequeña isla a la costa. Atravesarlo es, sin duda, una de las sensaciones más inolvidables que te vas a llevar no solo de Irlanda, sino de tu vida.
Esta carretera atraviesa unos paisajes espectaculares en un entorno único. No es nada peligrosa y suele ser poco transcurrida.
Colinas verdes y lagos brillantes. Ovejas y vacas pastando. Playas doradas y acantilados deslumbrantes. Este tesoro es el que ofrece esta espectacular ruta alrededor del Condado de Kerry.
Si cierras los ojos e imaginas Irlanda seguro que reflejarías la región de Connemara. Este lugar comprende parte del condado de Galway y de Mayo y es una de las áreas naturales mejor conservadas de todo el país. Su gran patrimonio paisajístico se une al lingüístico ya que es uno de los lugares donde mejor se ha conservado el idioma gaélico.
Una parada obligatoria para las parejas y los amantes de la naturaleza. Esta cordillera que recorre de norte a sur el sureste de Irlanda es simplemente una obra de arte. Aquí encontrarás maravillas como el lago Guinness, el valle Glencree y las reservas naturales de Glendalough. Aquí se filmaron varias escenas de la película Braveheart.
El deporte en Irlanda es muy popular tanto para verlo como para practicarlo. El fútbol gaélico es el deporte más popular del país. Es muy parecido al fútbol que nosotros conocemos, pero llevan el balón en la mano.
Otro deporte muy popular es el hurling, que es muy parecido al hockey sobre hierba pero la pelota se juega por el aire. El rugby, el hockey o el balonmano gaélico son otros deportes destacados de Irlanda, pero sin duda las carreras de caballos ganan por goleada.
Las carreras de caballos, además, van unidas a las apuestas, la comida y la fiesta. No es raro ver muchas personas con sus mejores galas ir a ver una de estas carreras. El glamour y el lujo son sinónimo de carreras de caballos en Irlanda. Toda una experiencia.
Atrevido, entretenido y diverso. Sus excelentes producciones internacionales e irlandesas dan la oportunidad de ver fantásticas representaciones en prestigiosos teatros de la capital.
El auto-proclamado “festival para solteros” más grande de Europa. Es puro entretenimiento: bailes, música en directo, hípica y citas.
Este festival crece y mejora cada año. De hecho, se ha llegado a convertir en el más importante de Irlanda. Abarca todo tipo de atractivos, desde aquellos que estén interesados en el teatro hasta aquellos asiduos del cine. Danza, teatro, jazz, blues, flok, exposiciones, comedia, cine, músicas del mundo y cultura, tengas los gustos que tengas aquí es imposible aburrirte.
Cork se toma el jazz muy en serio pero este festival tiene la reputación de ser el más distendido de todos los festivales de jazz en Europa. Muchos grandes de la industria han pisado su terreno: Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie o Sonny Rollins.
Sin duda, la capital gourmet de Irlanda. Su festival de comida consolida su reputación: catas de comida de alta calidad y una oportunidad para probar los platos de los mejores restaurantes.
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